En el sur mexicano, las temperaturas superan los 40 grados centígrados en verano, la humedad empapa el cuerpo y las personas migrantes atraviesan sus caminos jugándose la vida y esquivando a grupos criminales y autoridades, que les piden dinero para dejarlas continuar con su viaje (extorsión) o las despojan de sus pertenencias (robo).
Desde que pisan tierras mexicanas, las personas migrantes se ven sometidas a malos tratos y violaciones a sus derechos humanos, a manos de policías, agentes de migración y elementos de la Guardia Nacional, estos dos últimos cuerpos en retenes y operativos, de acuerdo con diversas recomendaciones de la CNDH.
Javier es uno de ellos. Cruzó varias fronteras desde Nicaragua, con la intención de llegar a Estados Unidos, al atravesar el Río Suchiate, que separa a Guatemala de México, y llegar a Chiapas. Una vez en suelo mexicano se entregó a las autoridades migratorias, con el fin de obtener un permiso de estancia regular temporal para poder continuar con su viaje.
Sin embargo, fue detenido y trasladado a la Estación Migratoria del Instituto Nacional de Migración (INM) de Tuxtla Gutiérrez, en el mismo estado. Ahí lo encerraron en lo que el migrante de casi 30 años describe como una celda, con sanitarios sucios y con sus únicas pertenencias en resguardo con los guardias.
En el interior encontró a personas de origen cubano y centroamericano, algunas hasta con siete meses de encierro, sintió terror de correr la misma suerte.
Al salir de la estación, un guardia malencarado entregó sus mochilas a Javier y otros migrantes, les prohibió revisarlas, bajo amenaza de retenerles más días.
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“A la mayoría se le perdió dinero ahí. A mí se me perdieron 50 dólares. Ahí te quitan todo al entrar, yo tenía los dólares en un bolso y al salir no estaban ya”, relata en entrevista para Bajo la Bota.
El robo no es la única forma en la que policías, agentes de migración y elementos de la Guardia Nacional han encontrado para hacer dinero a costa de las personas migrantes. Desde el inicio de la actual administración y hasta el 14 de agosto de 2020, 1,040 funcionarios del INM fueron dados de baja por haber incurrido en actos de corrupción –como extorsión a usuarios—, de acuerdo a información publicada por Reuters.
Tan solo en 2023, dos videos difundidos en redes sociales y retomados por los medios de comunicación muestra en dos hechos separados cómo elementos de la Guardia Nacional extorsionan a personas migrantes para poder continuar con su camino.
En el primero de ellos, se informa que los uniformados bajaron de un autobús de pasajeros a migrantes de Venezuela, Cuba y Ecuador, a quienes les solicitaron 500 pesos a cambio de dejarlos ir. En el segundo caso, se trata de tres migrantes (dos hombres y una mujer) de origen colombiano, quienes al abordar un taxi en el aeropuerto de Chihuahua les piden 80 dólares por cada uno para no entregarlos a las autoridades migratorias.
El costo a pagar
Aún sin dinero, Javier siguió avanzando por México, logró llegar a Oaxaca pidiendo apoyo a la gente en la calle y recibiendo transferencias de su familia.
En la estación de autobuses en la capital de ese estado compró un boleto para viajar a la Ciudad de México y comenzó un nuevo camino. No había pasado más de una hora cuando el autobús se detuvo en un retén de migración, el chofer entregó a los extranjeros indocumentados a las autoridades.
“Ya veníamos pichados (señalados) por el mismo chofer (…) A todos nos bajaron y el señor del bus se dio la vuelta y se fue, porque él sabía que nos iban a bajar”, cuenta Javier.
Otros migrantes entrevistados para Bajo la Bota confirman esta forma de operar: empresas de transporte y autoridades están de acuerdo para exprimir hasta el último peso a los viajeros.
En algunas estaciones de autobuses se niegan a vender boletos a las personas migrantes sin documentos, por lo que los choferes y trabajadores de las líneas cobran a sobreprecio para permitirles subir a los camiones. Luego en el camino los entregan a la Guardia Nacional y al INM.
“Desde el primer día que pisé México sufrí extorsiones, robos por parte de (agentes de) Migración, que son los que se aprovechan de uno”, recuerda Pedro, migrante venezolano entrevistado para este reportaje.
Cuando Pedro viajaba en autobús, intentando salir de Chiapas, fue detenido en un retén migratorio, bajo perfilamiento racial, es decir, que con base en sus características físicas (como color de piel y rasgos faciales), los agentes de Migración asumieron que su origen no era mexicano y lo detuvieron, junto con otros más migrantes, bajo el mismo criterio.
A todos les pidieron dinero, desde 500 hasta dos mil pesos, dependiendo del país de origen.
Pedro relata que los que pagaron inmediatamente siguieron su camino, los que no pudieron cubrir la cuota fueron retenidos a la espera de que algún familiar pudiera depositar el pago en las cuentas bancarias de los agentes.
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“Nos bajaban del autobús, siempre se subía uno de Migración (…) Detienen el autobús y el que dé plata se puede ir, pero sino ahí te toca esperar a que consigas dinero, ahí te tienen en el puesto migratorio”, agrega.
La extorsión es una constante, se cuentan por decenas los casos que se han dado a conocer y que día a día sufren las personas migrantes.
En junio de 2023 se difundió un video que muestra cómo los agentes del INM piden dinero a migrantes a bordo de un autobús en una carretera de Guadalajara-Tepic.
Ese mismo mes, la Guardia Nacional anunció una investigación después de que se difundiera, en otro video, a miembros de la corporación aparentemente extorsionando a migrantes en las cercanías del Aeropuerto Internacional de Chihuahua.
La Secretaría de la Función Pública registró, entre diciembre 2018 y enero 2023, al menos 12 quejas contra agentes del INM por casos de “cohecho o extorsión”, de acuerdo con la solicitud de información con folio 330026523000434.
La Estancia de Ciudad Juárez, donde ocurrió un incendio en el que murieron 40 migrantes, ha sido descrito por personas migrantes, en entrevista para Bajo la Bota como un lugar de «extorsión», donde agentes del INM y guardias de seguridad de la empresa Grupo de Seguridad Privada Camsa exigían pagos de entre tres y ocho mil pesos liberar a los migrantes detenidos.
En opinión de Fabienne Cabaret, subdirectora de la Fundación para la Justicia (FJEDD), la extorsión contra personas migrantes por parte de autoridades es algo cotidiano en México y que no se combate.
“La extorsión no es un fenómeno nuevo, forma parte de lo que se vive en el país para las personas migrantes (…) Desafortunadamente la situación de extorsión por parte de agentes del Estado no ha cambiado”, señaló.
Así, cientos de personas migrantes atraviesan México de diferentes formas, siempre bajo el temor de caer en manos de las autoridades.