Daniela* salió de El Salvador junto con su madre y sus dos hermanos pequeños en noviembre de 2022. A sus 17 años y con tres meses de embarazo, dejó su país con la esperanza de llegar a Estados Unidos y tener una mejor vida. Infancias y adolescencias migrantes
Una vez en Oaxaca, tomaron un autobús que los llevaría al otro lado de México, a Baja California, para después intentar cruzar la frontera. Viajaron apenas con el dinero necesario para pagar el pasaje, sin algo que les sobrara para alimentarse adecuadamente y mucho menos, buscar atención médica para Daniela, según narraron en entrevista para Bajo la Bota.
Con el dinero que les enviaron sus familiares que viven en Estados Unidos y mucho esfuerzo, la joven y su familia finalmente llegaron a Tijuana, cinco meses después de haber abandonado su país. Aunque fueron los tres últimos días los más pesados para Daniela, no aguantaba estar sentada ni parada por mucho tiempo. Sus pies se hinchaban hasta hacer desaparecer sus tobillos. La espalda parecía que cargaba una losa y las piernas ya no le respondían de manera normal. Además, desde que había salido de El Salvador, no había sido revisada por ningún médico. Hasta que llegaron a Tijuana.
5,127
mujeres migrantes embarazadas
Entre 2020 y agosto de 2023, se documentaron al menos 5,127 mujeres migrantes embarazadas, de acuerdo con los reportes diarios de las estancias migratorias del Instituto Nacional de Migración (INM).
Las autoridades migratorias aclaran que “al tratarse de un reporte día a día se documenta el registro de las mujeres durante lapsos variables en las estancias migratorias y temporales”.
Falta de atención médica
Distintas organizaciones han documentado que a muchas de las mujeres migrantes se les niega atención médica en los hospitales públicos y, por otro lado, las estaciones migratorias en donde son detenidas por el Instituto Nacional de Migración (INM) no suelen contar con la infraestructura adecuada y sensible a las necesidades específicas y diferenciales de las mujeres embarazadas, de acuerdo con el informe “La situación de las mujeres y las niñas en contextos de movilidad 2023”, del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW).
Esta es solo una de las violencias a las que se enfrentan las mujeres que migran. También se han documentado extorsiones, hostigamiento, acoso y abuso sexual contra las mujeres migrantes, así como inexistencia de espacios de lactancia para quienes viajan con bebés, según lo documentado por la CEDAW.
Daniela contó que el padre de su hijo se quedó en El Salvador y ella decidió emprender este viaje únicamente con su familia, quienes abandonaron su país por la violencia que recibían sus hermanos.
Daniela había decidido permanecer en un albergue en Tijuana, con la esperanza de que una organización que se hizo presente en esa estancia le ayudara a ingresar a Estados Unidos. Sin embargo, el apoyo nunca llegó.
La adolescente y sus familiares quedaron a la espera de estar en condiciones de intentar ingresar a EU, poco antes del 11 de mayo de 2023, día en que expiró el Título 42, implementado durante la pandemia de COVID-19 y con el que los migrantes eran expulsados de ese país de manera inmediata por motivos de salud. No lo lograron.
El día del parto acudió al Hospital Infantil de Tijuana. Como ella, al menos 378 menores de edad en contexto de movilidad de entre 13 y 17 años dieron a luz en los hospitales General de Tijuana y Materno Infantil entre 2020 y 2021, de acuerdo con la información obtenida vía transparencia por Bajo la Bota.
Es bien difícil ya cuando uno viene embarazada, que uno no se vaya a golpear, bueno, en sí mi embarazo ha sufrido muchas consecuencias, ya que no tuve las vitaminas ni los medicamentos que necesitaba”.
Daniela, adolescente migrante.
Las niñas y las adolescentes no acompañadas migrantes son una población aún más vulnerable y es que las necesidades de las adolescentes embarazadas suelen ser muy específicas, sobre todo porque suelen tener embarazos de alto riesgo y poco seguimiento de su salud, de acuerdo con la CEDAW.
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Los riesgos en el camino
El trayecto de Alejandra, una salvadoreña de 21 años con un embarazo de seis meses, no fue sencillo. Le tocó saltar en los trenes.De los retos que enfrentó en su condición de migrante embarazada, relató en entrevista para Bajo la Bota:
Saltar en los trenes, más que todo, cruzar las garitas, tuvimos que cruzar varias garitas caminando en el sol, las teníamos que rodear para no enfrentarnos a Migración”.
Finalmente, a la altura de Xalapa, Veracruz, ella y siete salvadoreños más con los que viajaba fueron abordados por agentes del INM, quienes los llevaron a la localidad de La Ventosa, en Oaxaca. Alejandra detalló que finalmente los dejaron ir porque entre ellos iban menores de edad.
En virtud de una reforma publicada el 11 de noviembre de 2020, el INM está impedido de alojar niñas, niños y adolescentes en sus instalaciones. “Debe observarse, el principio de no privación de la libertad de niñas, niños y adolescentes por motivos migratorios”, estipula el decreto correspondiente.
En el albergue de Ixtepec, en Oaxaca, a donde acudieron tras haber sido abordados por los agentes, Alejandra y sus connacionales notaron baños en pésimas condiciones, moscas abundantes, agua de beber “de las cisternas”, según relata Alejandra.
Alejandra salió de El Salvador junto con su esposo, por la violencia que sufrían por parte de las autoridades, pero en el camino la violencia no se detuvo. «Lo paraban… lo golpeaban o se lo llevaban y lo iban a dejar al otro lado de la ciudad”, mencionó Alejandra en relación a su esposo.
Tenía un bebé en mi estómago, las dos niñas y con la pobreza en nuestro país ya no podríamos estar más.
Gracias a algunas organizaciones he podido tener mis controles (prenatales), saber que mi niño va estar bien”,
Alejandra, migrante salvadoreña.
Así, vemos que las mujeres migrantes embarazadas viven doble violencia, en primer lugar se enfrentan al acoso por parte de las autoridades migrantes cuando son detenidas y después, se enfrentan a la violencia institucional que les niega el derecho a la salud y la movilidad segura.