Históricamente la región de México y Centroamérica ha sido un corredor para el movimiento de personas migrantes.
Como nunca en la historia, México aplica una dura política de contención migratoria, que incluye el despliegue de todas las Fuerzas Armadas del país. El objetivo: impedir a las personas migrantes acercarse a Estados Unidos.
Más de 1.7 millones de personas han sido expulsadas de Estados Unidos bajo el programa Título 42, una medida sanitaria por la pandemia de covid-19 convertida en herramienta de control migratorio. La regulación pretende cancelarse el 23 de mayo. Pero el daño está hecho. Aquí un ejemplo.
La Guardia Nacional acumula cientos de quejas por abusos a personas migrantes. Es el riesgo de utilizar militares en tareas para las que no están preparados, advierten organismos pro derechos humanos. Aquí el infierno de Natalie, hondureña extorsionada por un elemento de la GN
La Guardia Nacional mantiene un cerco en la frontera norte del país para impedir la salida de personas migrantes que pretenden cruzar a Estados Unidos. El despliegue provoca tensiones y abusos, inclusive actuación irregular de la corporación. Un ejemplo ocurre en Ciudad Juárez. Aquí una lista de las irregularidades.
Al igual que Estados Unidos, el gobierno mexicano expulsa de manera exprés a miles de personas migrantes, muchas de ellas solicitantes de asilo humanitario. La estrategia ha sido cuestionada por organismos internacionales de derechos humanos porque, en los hechos, México se convirtió en el muro migratorio que tanto reclamaron integrantes de la política estadounidense.